
Cuando comencé a buscar un concepto que me representara, una marca, para las clases y los diseños y documentos de apoyo que hago, me pregunté de dónde surge este amor por las manualidades?
Para mi, el tejido es como un templo; me ayuda a mantener mi armonía y luz propia. Todo esto me lo inculcó mi madre, la Cristy. Ella me enseñó desde muy pequeña de todo, a coser, hacer macaramé y frivolité, jardinería, tejido a palillo, a crochet y telar. Me apoyó cuando quise aprender a bailar (y tener un grupo), y a hacer cerámica gres, además me sigue enseñando. Ella es lo máximo y le debo mucho. Le agradezco todo, pues por ella tengo este espacio de felicidad y este amor por el tejido.
En el colegio a la Cristy le decían “la punto” y por eso, porque por la Cristy soy lo que soy, por la punto, “Por Punto”.
Bienvenid@ a mi templo.
OPINIONES y REFERENCIAS